El PyWeekend, un reto de programación que dio vida al pasado

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PYWEEKEND

Al inicio, todos los estudiantes estaban nerviosos. Llegaron puntuales cargando sus mochilas, unos con sonrisas amplias y otros, serios. Frente a ellos un reto poco común: dar vida con Python y AI a fragmentos cerámicos del sitio arqueológico de Llano Chico mediante el concurso: PyWeekend en su 16ta. edición. 

La propuesta iba más allá de programar. Se trataba de reconstruir el pasado y contar historias a través de la tecnología. Para David Jurado, docente de FIEC y coordinador del concurso, el verdadero valor está en que “los estudiantes, sin importar su carrera, se sientan motivados a utilizar la programación como una herramienta más en lo que están estudiando o trabajando”.

En esta edición participaron más de 90 estudiantes de diferentes carreras de ESPOL, organizados en 23 equipos. Con el acompañamiento de la carrera de Arqueología, los grupos recibieron pistas con datos técnicos y de procedencia de un conjunto de cerámicas halladas en un yacimiento. El desafío: estructurar y generar objetos digitales que representaran la información recibida. Lo que al inicio parecía abrumador pronto se convirtió en entusiasmo, especialmente cuando comenzaron a ver cómo los reportes arqueológicos que producían —gracias a herramientas como Gemini de Google— combinaban narrativas en lenguaje natural con imágenes creadas por IA, capaces de recrear las piezas como si fueran originales.

La jornada avanzó entre concentración, dudas, risas y descubrimientos. Cada resultado fue un gran avance. Al final, seis equipos finalistas presentaron sus propuestas frente a un jurado interdisciplinario de expertos en programación, arqueología y comunicación, quienes destacaron el enorme valor de poner la innovación tecnológica al servicio de la memoria cultural. 

Al final, los aplausos y el reconocimiento de esta edición del Pyweend fueron para: David Matos Pérez, de la carrera de Computación; Eduardo Espinoza Hungría, de Economía; y para, Denisse Arias Tipán y Valeska Bodero Abad, de Ciencia de Datos e Inteligencia Artificial. Además que el concurso nuevamente dejó en claro, que programar no es solo escribir líneas de código, sino abrir puertas al conocimiento, tender puentes entre disciplinas y dar nuevas formas de vida a la historia.

NMCH