Radioprotección

Desde los primeros tiempos de la radiología se sospechó, y después se comprobó, que las radiaciones ionizantes producían lesiones en el cuerpo humano. Cuando a un paciente se le practicaba una exposición radiográfica, se deposita en sus tejidos cierta dosis de energía que, de una forma u otra corre el riesgo de alterar los procesos bioquímicos que en ella se realizan, o incluso puede afectar a la propia constitución de estos tejidos. Ello significa una agresión, como contrapartida de la imagen obtenida, que permitirá hacer un diagnóstico del padecimiento del enfermo. En este caso se ve una dualidad riesgo-beneficio, común, por otra parte, a muchos otros actos médicos.

Pero además el propio personal de Servicio de Radiología está expuesto a recibir ciertas dosis de radiación, pequeñas pero reiteradas a lo largo de su vida profesional.

Todo esto supone dos actitudes fundamentales en el personal de los servicios de radiología; con respecto al paciente, optimizar la relación riesgo-beneficio, obteniendo la mejor calidad de la imagen radiológica con el mínimo de dosis de radiación; y con respecto al personal destinado al servicio, de tratar de disminuir a ultranza la dosis recibida, no contentándose con mantenerse por debajo de los niveles señalados como aceptables, sino procurar situarse a niveles lo más bajo posibles.

Todo lo relativo a radiaciones tiene "mala prensa", y esto unido a la escasa, confusa y a veces malintencionada información que suele haber sobre estos temas, perturba al personal que trabaja en los servicios de radiodiagnóstico con el miedo a lo desconocido, sin pararse a pensar que la trepidante vida moderna le expone a peligros mucho más frecuentes y de consecuencias más trágicas que el uso de la radiación cuando con ella se trabaja de una manera consciente.

La principal diferencia entre los Rayos X y los isótopos radioactivos consiste en que los Rayos X son producidos por aparatos construidos por el hombre y que solo emiten mientras están conectados, por lo que no ofrecen peligro alguno de radiación cuando están desconectados. Los isótopos radioactivos están emitiendo siempre. La emisión es muy compleja y variada: partículas alfa, beta + y -, neutrones y radiación gamma. Cuando no se utilizan, lo único que se puede hacer es guardarlos en una caja de seguridad con un blindaje suficiente.

Ciertos isótopos radiactivos producen radiación inducida, los Rayos X no.

Tras el disparo de un aparato de Rayos X se puede entrar en la sala con toda tranquilidad. 

EFECTOS QUE LA RADIACION INDUCE EN LOS TEJIDOS DE LOS ORGANISMOS  VIVOS.

Un organismo vivo es muy complejo, compuesto de órganos, cada uno de ellos está formado por tejidos, y éstos por multitud de células. Estas células son las que se ven afectadas por las radiaciones y las lesiones, de los tejidos que dependen de la extensión o generalización de las células afectadas.

No todos los tejidos y órganos tienen la misma radiosensibilidad. Los más sensibles a las radiaciones son: 

Feto : ser con vida desde la concepción.  
Los órganos hematoproyéticos o productores de sangre. 
Los órganos reproductores. 
Mama y tiroides. 
Los efectos biológicos de las radiaciones son de 2 tipos: 
Cambios producidos por absorción de energía. 
Lesiones morfológicas funcionales. 

Las interacciones son cuestión de probabilidad, de azar. La interacción de la radiación no es selectiva sobre la célula, en consecuencia, en numerosos casos, no puede predecirse la posible lesión causada por una dosis de radiación.

Las radiaciones pueden afectar a cualquiera de los constituyentes celulares, pero como el material más abundante es el agua, es más probable su absorción por esta.

LIMITES DE DOSIS .- Los criterios que deben regir en la limitación de dosis son:

Justificación: no debe de hacerse radiografías sin una justificación relacionada con los beneficios que proporcione. El beneficio es la imagen que permitirá diagnosticar. 
Optimización: Las exposiciones a las radiaciones ionizantes deberán ser tan bajas como sea razonablemente posible. En este sentido, un kilovoltaje mayor, por ejemplo, implica una reducción de dosis. 
Limitación: las dosis equivalentes recibidas por los individuos no deben superar ciertos límites recomendados. 

MEDIDAS DE PROTECCION.- Podemos clasificar en dos grupos las medidas de protección:

En la protección activa, se encuadran todas las acciones derivadas de nuestra actitud destinada a evitar las radiaciones innecesarias. 
Como protección pasiva, las medidas a tomar al instalar el gabinete de radiología y que tienen vigencia permanente. 

PROTECCION ACTIVA  .-Respecto al paciente: debemos considerar la relación riesgo-beneficio que supone usar una exploración radiográfica.

Un disparo a mayor kilovoltaje precisa menores dosis. 
La colimación y compresión disminuyen la dosis recibida. 
Es preciso proteger con plomo los órganos más sensibles a la radiación. 
La fluoroscopía entrega dosis elevadas. Si se realiza, a de diafragmarse y limitarse drásticamente el tiempo. 

Respecto al personal de la sala de espera: las restricciones internacionales para la protección contra las radiaciones, tiene en cuenta a grupos especiales de población, entre los que se incluye a los vecinos de una instalación productora de radiación y al conjunto de la población. Respecto al personal
sanitario: este personaje debe trabajar tras blindaje, nunca quedará expuesto a radiación directa y utilizará delantales plomados de protección de radiación difusa cuando tenga que permanecer en las proximidades del paciente.

PROTECCION PASIVA..- Trata del conjunto de medidas de protección permanente en la instalación de Rayos X. Se tendrá en cuenta:

Distribución de superficies respecto a las salas de radiación, sala de espera. 
Tubos de Rayos X, van colocados en carcasas blindadas, en las que únicamente las ventanillas de salida permiten vía libre a la radiación. 
Blindaje en la sala de radiación, suficiente cuando se trabaje al máximo de potencia.