Los pasillos de la Facultad de Ingeniería en Electricidad y Computación (FIEC) de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (ESPOL), pero sobre todo la Aula de Postgrado, cobraron vida durante las últimas semanas gracias a una iniciativa única que trajo conocimiento y empoderamiento a un grupo de personas muy especiales.
Una veintena de adultos mayores, entre las edades de 61 y 75 años y miembros activos de la Asociación de Jubilados de Telecomunicaciones (Asojustel), dejaron sus apacibles vidas desde que se jubilaron y se sumergieron en un reto más: el aprendizaje en el mundo de las instalaciones eléctricas domiciliarias bajo la guía del profesor Héctor Plaza, culminando, el pasado 30 de agosto, su intensivo curso de 40 horas.
La motivación de estos adultos mayores va más allá de lo que significa la adquisición de conocimientos. Todos buscan sentirse útiles. Detrás de todo el decano de FIEC Jorge Aragundi y el docente Héctor Plaza, quienes con la experticia de la enseñanza y el deseo de empoderar a la generación mayor canalizaron este programa innovador que hoy se analiza extenderse a otro grupo de personas involucrando a las otras 4 carreras (Computación, Telemática, Telecomunicaciones y Electrónica y Automatización) con que cuenta la facultad.
Surgiendo de la aspiración de los adultos mayores por contribuir a la sociedad y a sus familias, esta iniciativa no solo proporcionó conocimientos prácticos, sino también un sentido renovado de propósito y capacidad.
Durante un total de 40 horas de clases cargados de ejemplos simples, deberes y hasta chistes, estos "estudiantes especiales", como el profesor Plaza los llama cariñosamente, exploraron el mecanismo de las instalaciones eléctricas que tienen en casa.
Para las clases, que se desarrollaron de 10:00 a 12:00, los martes y miércoles, el docente adaptó una metodología de enseñanza muy cuidadosa. Se fomentó un ambiente de aprendizaje inclusivo con el uso de dibujos en pizarra. Estos se convirtieron en un aliado invaluable, permitiendo que los conocimientos teóricos se tradujeran en comprensión práctica. La paciencia demostrada por el profesor y la dedicación de los alumnos resultaron en un aprendizaje eficiente y gratificante.
La culminación del curso el 30 de agosto marcó un hito para ellos, pero también para FIEC. Los adultos mayores se encontraron no solo con una gama completamente nueva de habilidades, sino que también llevaron a cabo una creación tangible de su aprendizaje: una maqueta eléctrica que reflejaba las instalaciones que habían dominado en teoría.
Los testimonios de los estudiantes revelan el profundo impacto de esta iniciativa en sus vidas diarias. Antonio Cruz, un ingeniero de 67 años y uno de los alumnos destacados, compartió con entusiasmo que ahora se siente capaz de realizar todas las conexiones eléctricas que su esposa en casa pueda necesitar. Jefferson Paucar, de 63 años y licenciado en administración, expresó su satisfacción por adquirir habilidades que le permitirán manejar los riesgos asociados con duchas eléctricas y electrodomésticos en su hogar.
Jorge Aragundi, el decano de FIEC, se mostró complacido con esta iniciativa y reafirmó el compromiso constante de la comunidad de ESPOL con el trabajo comunitario. Confirmó que nuevos cursos están en desarrollo para brindar más oportunidades de aprendizaje a segmentos diversos de la sociedad.
El profesor Héctor Plaza, al concluir este capítulo gratificante, compartió que enseñar a estos estudiantes especiales fue una experiencia transformadora. La dedicación, la adaptación y, sobre todo, la paciencia se entrelazaron en la creación de un ambiente de aprendizaje que trascendió las barreras generacionales.